La recreación de la foto anhelada
De mi deseo, una realidad
Frecuentemente estoy parada en la estación de autobús pensado en capturar el paisaje que tengo en frente: un restaurante de comida rápida y paralelamente, a su derecha, habita un edificio de espejos azules.
Cuando estoy en frente de esas estructuras veo que siempre están acompañas por el cielo, nítidamente azul u opaco si hay calima, y de color grisáceo si las nubes sugieren que va a llover.
Ayer el ambiente era gris y las gotas de agua humedecían todo por las precipitación de las nubes. La lluvia hizo que caminara muy rápido, y también que percibiera el aire un poco más frío del habitual.
Debía regresar a mi residencia y afortunadamente había dejado de llover. Me dirigí al lugar donde se espera el transporte público y allí miré una vez más la escena que anhelaba fotografiar.
El sol se ocultaba, y el atardecer hizo que la vista del sitio fuera más bella. El pavimento estaba mojado y en él se reflejaban las luces. Ellas empezaban a iluminar la oscuridad que lentamente llegaba.
En ese momento decidí fotografiar al panorama que estaba ante mis ojos. Quedé satisfecha de haberle sacado una foto a esa zona específica de la ciudad, después de tanto tiempo deseándolo.
El resultado fue más de lo que yo esperé, porque en esta oportunidad hubo factores que convirtieron al entorno en un cuadro más hermoso.
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